Pedrito Arias: una voz, un legado y un homenaje póstumo

Pedrito Arias

El próximo viernes 5 de diciembre, a las 4:00 p.m., la Sala Gonzalo Roig acogerá un emotivo tributo a Pedrito Arias, maestro, barítono emblemático y figura imprescindible del canto lírico en Cuba. 

Bajo la dirección general del maestro Valenti Figueredo, y con la participación de reconocidas voces como Cristina Rodríguez, Dayami Pérez, Lázara Claro, Patricia Rodríguez y Elena Garay, además de los intérpretes masculinos Bernardo Lichilin, Marcos Lima, Henry Mendy, Julio Herrera y Jorge Temprano, el homenaje reunirá a artistas que lo conocieron, lo admiraron o fueron formados bajo su influencia. 

La pianista Susana Santos acompañará el programa, que evocará los momentos más significativos de la obra del artista.

Nacido en una familia profundamente musical —su madre fue la soprano Raquel Domínguez—, Pedrito recibió de ella sus primeras lecciones de canto, que luego amplió con maestros como Mariano Meléndez, y completó estudios musicales con Manuel Llinás y Carlos Fernández Vilá. 

Su trayectoria profesional inició en 1960 como integrante del coro dirigido por David Rendón, participando en grabaciones de zarzuelas tan emblemáticas como Luisa Fernanda y Azabache, bajo la dirección del maestro Gonzalo Roig. Poco después debutó en roles menores de clásicos como La Gran Vía y La Verbena de la Paloma.

Fue miembro fundador del Teatro Lírico Nacional de Cuba, institución donde desarrolló una carrera de más de cuatro décadas, asumiendo papeles secundarios y protagónicos en zarzuelas, operetas, óperas y repertorios de cámara. Su interpretación del Doctor Bartolo en El barbero de Sevilla destacó entre sus grandes triunfos: lo encarnó más de un centenar de veces. También participó en títulos como Don Pasquale, La bohème, Tosca, así como en obras del repertorio serio (Rigoletto, La Traviata) y en estrenos relevantes como Halka (1971), Patria (1979), Ecué Yamba-O (1986) y Ana Betancourt (1993).

Más allá del escenario, fue pedagogo, asesor artístico y promotor infatigable. Durante 17 años recorrió provincias junto a la ópera nacional, llevando la lírica a comunidades diversas. Su entrega contribuyó decisivamente a consolidar la labor del Teatro Lírico Nacional y a fortalecer la difusión de este patrimonio cultural.

El homenaje en la Sala Gonzalo Roig será un acto de gratitud y memoria: una celebración de su vida, su obra y su legado. Un reconocimiento a un maestro cuyo nombre seguirá resonando en la historia lírica de Cuba.

Foto: Tomada de Facebook

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