Más allá de Veinte años

María Teresa Vera

Por: Guille Vilar

Con profundo orgullo se honra la memoria de una trovadora que de inmediato identificamos con la habanera “Veinte años“, uno de los temas más hermosos del cancionero cubano: María Teresa Vera, a quien se le considera como la Trovadora Mayor.

Sin embargo, si bien es cierto que esa canción de 1935, con música de María Teresa y texto de Guillermina Aramburu, se encuentra marcada por la pátina de un encanto sin igual, sería sumamente injusto reducir la impronta de su legado nada más que a la relevancia de esta pieza antológica.

La compositora, cantante y guitarrista alcanzó gran reconocimiento a fuerza de puro talento, en una época en la que, si querías triunfar, no tenías otra opción que ser auténtica. Solo así se explica que, en el día de su debut artístico, a los 16 años de edad, en el capitalino teatro Politeama Grande, de la Manzana de Gómez, María Teresa haya tenido que interpretar, por petición del público, nada menos que seis veces la canción “Mercedes“, de Manuel Corona.

La justicia de semejante reclamo se corrobora cuando importantes trovadores de la época le conceden a la Vera el derecho de grabar populares composiciones, como “Pensamiento“, de Rafael Gómez; “Mujer perjura“, de Miguel Campanioni; o la propia “Mercedes“, de Corona.

Desde entonces, a la intérprete se le identifica con la imagen de la trovadora que no requiere engolar la voz y mucho menos asumir poses innecesarias, pues solamente aspira a que se le respete por el rango artístico capaz de evocar.

Cómo tendría que haber sido de impactante la personalidad de esta cantautora para que, en tiempos cuando todavía no se había inventado la televisión, llegara a alcanzar notable popularidad a partir de sus presentaciones públicas, programas radiales y más de un centenar de grabaciones discográficas que consolidaron el prestigio entre sus seguidores.

No por gusto todavía se le elogia que, en una sociedad machista, siendo mujer y negra, supiera granjearse no solo la admiración del público, sino también la de sus propios colegas, pues llegó a ser la directora del Sexteto Occidente, agrupación sonera formada nada más que por hombres, y muy renombrada en aquellas primeras décadas del siglo pasado.

Pero la clave para comprender la resonancia de su obra hasta nuestros días radica en la aceptación generalizada de sus condiciones para la interpretación. Dueña de sencillez y de una proverbial espontaneidad, su voz tenía un acento muy especial, capaz de cautivar a todo aquel que la escuchara. Valga la existencia del memorable dúo que tuvo con Lorenzo Hierrezuelo durante más de 25 años, como una confirmación de su exitosa trayectoria.

Definitivamente, esta renombrada personalidad de la trova en nuestro país que es María Teresa Vera, además de continuar deslumbrándonos por su participación en la composición del tema “Veinte años“, debe ser recordada por su integridad profesional como cantante que nunca requirió de sortilegios para permanecer entre los elegidos del patrimonio musical cubano.

Foto: Instituto Cubano de la Música

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