Marcos Madrigal, pianista de excelencia

Marcos Madrigal

Por: Ahmed Piñeiro Fernández / Foto:Helman Bejerano

Dijo André Malraux, el eminente intelectual francés, que la Orden de las Artes y las Letras es «respetada y anhelada por artistas, escritores y creadores». Marcos Madrigal, gran pianista-concertista, director musical del Fondo de Arte Joven, y fundador y director artístico del Festival Internacional Habana Clásica, recibió este mes las insignias de esa orden –uno de los más altos reconocimientos que otorga Francia–, en el grado de Caballero (Chevalier de l’ordre des Arts et des Lettres).

El Ministerio de Cultura francés concede esta condecoración a «personas que se han distinguido por sus creaciones en el ámbito artístico o literario, o por la contribución que han aportado a la influencia y esplendor de las artes y las letras en Francia y en todo el mundo», y Marcos Madrigal lo es en grado sumo; porque, como resaltara en su discurso Laurent Burin des Roziers, embajador de la República Francesa en Cuba, se trata de «uno de los más brillantes exponentes de la escuela pianística cubana (…), aclamado hoy en las más grandes salas de concierto del mundo, que, más allá de su excepcional dominio técnico, posee una rara capacidad para hacer dialogar culturas, sensibilidades y épocas, a través de la música».

Madrigal recordó que su vínculo con Francia ha sido mucho más que institucional, «es, sobre todo, una afinidad íntima, estética, y profundamente vital», enfatizó. En su amplio repertorio, no faltan, por supuesto, los compositores franceses: Debussy, Ravel, Fauré, Poulenc, Hahn o Saint-Saëns, entre muchos otros.

Días antes, el prestigioso concertista ofreció un concierto en un abarrotado Oratorio San Felipe Neri, de La Habana Vieja, junto a la orquesta del Lyceum de La Habana, dirigida por José Antonio Méndez. La tarde se inició, precisamente, con el Concierto para piano y orquesta No. 2, en sol menor, Op. 22, de Camille Saint-Saëns; que fue, por cierto, su debut junto a una orquesta, y el primer concierto que Madrigal interpretó en su carrera artística, siendo casi un niño.

Pianista sobrio, elegante y sin afectaciones o teatralidades insulsas, Marcos es él y su piano. Dueño de una técnica brillante, que manifiesta siempre de manera refinada, cuando toca parece que el tiempo se suspende, y se crea una rara atmósfera, una complicidad extraña entre el artista y el público, como si de un diálogo místico se tratara.

Al otorgársele la Orden de las Artes y las Letras a Marcos Madrigal, el Ministerio de Cultura de Francia ha rendido tributo a un pianista de excelencia, que podríamos situar, sin duda, entre los más grandes del teclado cubano, como depositario y heredero, por ejemplo, de Jorge Bolet o Jorge Luis Prats, por citar solo dos de los más excepcionales.

Esta distinción que se le ha otorgado al laureado pianista se suma a otras similares que la República Francesa ha concedido a grandes artistas cubanos, como los bailarines Alicia Alonso, Josefina Méndez, Loipa Araújo, Aurora Bosch, Viengsay Valdés y Rosario Cárdenas; los escritores Nancy Morejón y Leonardo Padura; el cineasta Enrique Pineda Barnet; el pintor Manuel Mendive y los músicos Leo Brouwer, Niurka González, Roberto Fonseca, Omara Portuondo y Luna Manzanares.

Fuente: Granma

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