El tres atesora en su historia musical grandes exponentes plenos de popularidad y fama, dentro y fuera de las fronteras de este verde caimán.
Dos de ellos son Andrés Echevarría Callava, más conocido como el Niño Rivera, considerado el padre de la armonía en el tres por sus aportes armónicos y sonoros al instrumento y Arsenio Rodríguez, El Ciego Maravilloso, baluarte del son, del bolero y de la guaracha, a partir de un nuevo repertorio, una mayor variedad de ritmos y algunas combinaciones estilisticas creadas por él.
El Niño Rivera, nació en Pinar del Río, el 18 de abril de 1919. Creció en un ambiente ritmico, lacrado por una familia de tocadores de tres, guitarra, mandolina, bandurria y acordeón.
El contexto musical le condicionó el aprendizaje del tres prematuramente. Cuenta la historia que alguna vez uno de sus familiares lo vio liado con el tres de su tío Nicomedes, a pesar de casi duplicarle el tamaño.
Lo cierto es que a partir de entonces todos apoyaron al pequeño, en su resolucion de tocar este cubanisimo cordófono, nacido en las zonas rurales del oriente cubano.
En la década del 30 del siglo pasado El Niño Rivera, alentado por sus amigos y familiares ingresó en el Septeto Caridad donde tocaba su tio Nicomedes, como tresero. Allí se mantuvo por algún tiempo hasta que en 1934, con la necesaria madurez técnica vino para La Habana.
Actuaba en la emisora 1010, y tocaba de forma itinerante por toda la ciudad, hasta que logró formar parte del Sexteto Boloña en el cual se destacó por sus prominentes habilidades como tocador de tres.
En la década de 1940 del pasado siglo el apelativo de El Niño Rivera se había consolidado en la escena musical cubana. Fue este el momento aprovechado por el instrumentita para fundar su propio grupo. Con la nueva cofradía sonora dio a conocer al mundo, “El jamaiquino”, el número más destacado de su repertorio con decenas de grabaciones en Cuba y en el extranjero. Su obra además abarca sones, y guarachas, mambos, boleros y canciónes.
Se vinculó con el movimiento inspirador del feeling y fundò dentro de esta corriente un nuevo estilo de fusión el cual llamó CubBop.
Luego de experimentar la mayoria de los estilos cubanos y ahondar en los estudios musicales, el niño Rivera escribió un Método del Tres, así como «Concierto para Tres y Orquesta», considerada obra única en su género .
El autor del «Jamaiquino» falleció en La Habana, el 27 de enero de1996, pero sus enseñanzas y creaciones siguen inspirando a muchos.
Nuestro segundo tresero Arsenio Rodriguez, conocido tambien por el Ciego Maravillosos, nació el 30 de agosto de 1911 en Güira de Macurijes, en la porvincia de Matanzas.
En 1936 ingresó en el septeto Boston, y dos años después fundó el septeto Bellamar, con el que se mantuvo varios años.
Con el Bellamar, Arsenio Rodriguez o el Ciego Maravilloso, como le conocen los cubanos, actuó en la academia de baile Sport Antillano. Grabó un disco con la orquesta Casino de la Playa, tocó en el cabaret Sans-Souci y en el mundialmente famoso Tropicana, donde trabajó con el músico estadounidense de jazz, clarinetista, saxofonista alto y soprano, cantante y director de big bands.Wooddy Herman
En 1940 fundó, el conjunto que llevó su nombre. Lo integraron Arsenio en la dirección y el tres; Lino Frías, en el piano; Rubén Calzado y Miguel Molinet, en las trompetas; y Nilo Alfonso, en el contrabajo.
A la relación se sumaron Gregorio López, en la guitarra; así como René Scull, Conrado Cepero, y Marcelino Guerra, en las voces, entre otros integrantes que asumieron la percusión. Los arreglos fueron responsabilidad de Rubén González y Luis Martínez Griñàn, conocido como Lili.
Con la nueva formación artístico sonora Arsenio Rodriguez, consolidó una base ritmática de origen congo, mezclada con pasajes instrumenta-les ejecutados por las trompetas, e inspirados en figuraciones propias de los sones montunos tocados por los treseros orientales
Arsenio Rodríguez creó un estilo para ejecutar el tres distinto al de los sextetos y septetos existentes, hizo con el piano un empaste con el tres, a la vez que sus figuraciones armónicas enriquecian este aspecto, con arpegios y tumbaos que aun hoy son de una vitalidad y originalidad sorprendentes.
Permitió a la trompeta swines e invenciones bien cubanas, a través de la destreza de Felix Chapotin y favoreció la evolución del son, un proceso inconcluso aún.
En 1954, Arsenio Rodirguez se radicó en los Estados Unidos, y allí siguió su trabajo musical. Fundó otros conjuntos, grabó nuevos discos, y fue una figura influyente en el desarrollo de la música bailable del mundo latinoamericano y caribeño de Nueva York y Los Ángeles.
Falleció a la edad de 76 años, pero su legado musical se mantiene a través del conjunto que lleva su nombre fundado y dirigido hace más de cinco lustros por el bajista José Dume Montero, como continuidad de su obra.