La Habana celebra su historia con el legado de Eusebio Leal

Plaza de la Catedral Habana Vieja

La Habana amaneció este noviembre tributando a su aniversario. Son 506 años los que cumple la villa de San Cristóbal, y organiza una programación diversa que honra su memoria viva: esa que Eusebio Leal, eterno enamorado de la ciudad, ayudó a mantener encendida en cada piedra restaurada y en cada sonrisa que aún se asoma entre los balcones coloniales.

Desde los primeros días del mes, el Centro Histórico vibra con propuestas culturales para todos los públicos. En la Quinta de los Molinos, el 12, se presentará el disco Fiñes, con canciones de Abel Geronés y Alexis Díaz, un homenaje musical al propio Leal. Temas como “Mataperros”, “Fiesta de carnaval” y “Como Eusebio con La Habana”, evocan el espíritu alegre y soñador de quien convirtió el amor por su ciudad en pasión y deber.

La celebración se enlaza con la vigésima Semana de la Cultura Belga. El 13 de noviembre, en Nodo Habana, se inaugura la exposición 100 años de Art Déco: de Bruselas a La Habana, muestra que revela los vínculos entre dos ciudades patrimoniales mediante fotografías de Néstor Martí, ilustraciones de Enrique García Cabrera y obras de Alexander Izquierdo y Gaspard Giersé.

El arte saldrá también a las calles: los días 15 y 16, la Plaza Vieja acogerá una intervención del artista italiano Iván Falardi, mientras la tradicional vuelta a la ceiba —con palabras de la poetisa Nancy Morejón— reunirá a los habaneros en torno a sus símbolos fundacionales. Esa misma noche, una gala cultural llenará la ciudad de música, y el 16 abrirá sus puertas el Festival Mozart Habana, como una joya de la programación.

Noviembre Fotográfico se une con Cartografías del cuerpo y la memoria, curada por Lissette Solórzano, además de talleres, audiovisuales y estrenos musicales dedicados a adolescentes y jóvenes.

Cada acción parece susurrar el mismo mensaje que Leal dejó a su paso: amar a La Habana es cuidarla, celebrarla, preservarla. Hoy su voz ya no recorre las plazas, pero su huella sigue viva en cada obra restaurada, en cada niño que aprende su historia y en cada habanero que mira su ciudad con gratitud y orgullo.

Foto: Tomada del sitio Visitar Cuba

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