En este año 2024 se cumple el aniversario 55 de la fundación de dos grandes instituciones culturales que devinieron escuela para la enseñanza de la música cubana. A finales de 1969 nació el Grupo de Experimentación Sonora del Icaic, creado, por iniciativa del intelectual Alfredo Guevara, presidente fundador del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y el 4 de diciembre de ese mismo año vio la luz la orquesta los Van Van.
De esa época datan los vínculos artísticos entre el trovador Silvio Rodríguez, el bajista Juan Formell y otros músicos de los Van Van. Sobre el tema conversó el cantautor en el documental Hay muchas cosas para hablar, realizado por el director Bruno Suárez Romero, con la asistencia de dirección de esta redactora.
En la entrevista que le realizamos a Silvio para el mencionado documental explica que trabajó con el percusionista Changuito en el grupo Sonorama 6, que se formó en 1966 y cuyo director era el guitarrista y compositor Martín Rojas, quien ejerció una gran influencia sobre el Movimiento de la Nueva Trova.
«De Formell ya tenía referencias porque había estado primero en la orquesta la Revé y después continuó su propia línea de trabajo con los Van Van. Eso fue una coincidencia. Creo que era un problema epocal y de gente que más o menos teníamos una edad parecida, visiones, necesidades e inquietudes similares», advierte el trovador.
Para Silvio los años 70 estuvieron signados por las polémicas en la prensa sobre las influencias extranjeras en la música cubana y acerca de la pertinencia de incluir en los formatos tradicionales como la Orquesta Típica, elementos como los sintetizadores o los instrumentos electrónicos.
«La Nueva Trova como institución se funda a finales de 1972 y Formell era un trovador, él componía desde la guitarra. Cuando nos reuníamos, tocábamos la guitarra e intercambiábamos canciones y él siempre se identificó con lo que estaban haciendo los trovadores. Había una apropiación de cuestiones musicales, literarias, éticas, común para todos los jóvenes de esa época». Como nota curiosa quiero comentar que Silvio colaboró con los Van Van en varias páginas musicales: “Llegué por San Antonio de los Baños”, “Yo soy de donde hay un río” (Décimas sobre mi abuelo), “Imaginada” y “Canción urgente para Nicaragua”, todas de la autoría del cantautor e interpretadas por el llamado Tren de la música cubana.
Otra pieza que cantaron juntos fue “Mi son para ti va entero”, «una canción muy linda de Formell dedicada a los obreros. A mí siempre me gustó mucho. Fue una de las primeras cosas que hizo con la orquesta. En una gala de aniversario me dijo: ‘¿Por qué no vienes y la cantas?’», comenta Silvio.

Y agrega el trovador: «En medio de los compromisos que tenía la orquesta y los míos, cuando coincidíamos lográbamos hacer algunas cosas así. Él incidió mucho en mis composiciones. Hay canciones que nunca las he vuelto a grabar, como Imaginada. La única vez que la hice fue con los Van Van».
Han pasado los años y Formell continúa ocupando un lugar muy especial en el corazón del trovador:
«Éramos como una familia. Hablábamos mucho de lo que significaba, culturalmente, para el pueblo cubano, bailar y cantar, tanto que le hice una canción, que se llama “Cántalo pero báilalo”. Eso fue después de una noche que estuvimos conversando, un 26 de julio. Me parece que fue en Ciego de Ávila. Compuse esa canción con la idea de proponérsela a Juanito para que la hiciéramos juntos pero Adalberto Álvarez, que la había escuchado, me dio la sorpresa. Me dijo que la había montado con Frank Fernández. Un día me citaron y ya la tenía grabada», revela Silvio quien se quedó con el deseo de hacerla con los Van Van.
En el diálogo nos confiesa que también ha asistido, en calidad de espectador, a conciertos de los vanvaneros.
«Muchas veces he estado en los lugares escuchando a los Van Van. A veces he ido con amigos a donde ellos tocan. Una noche estaba aquí Caetano Veloso y fuimos a comer. Me dijo que quería terminar temprano porque los Van Van tenían un concierto y él quería ir. A todo el mundo le gusta escuchar a los Van Van. Es que hacen muy buena música», sonríe.
Cuando habla de Formell, Silvio se traslada en el tiempo y rememora la época en que su amigo compuso la canción “La Habana joven” donde habla de los becados que salían de pase.
«Fueron escenas de esa época en que había una juventud becada y un ambiente subjetivo, de mucha esperanza, de mucha fe en el futuro. Todo eso está muy bien reflejado en su obra, sin panfletos. Juanito era muy positivo a la hora de componer. Daba los contenidos de una manera más humana, más cotidiana».
Lo califica como un creador inquieto y renovador de la música cubana: «Me acuerdo cuando incorporó los trombones. Hizo hasta una canción explicando por qué los incorporaba. Tenía la inquietud de que la orquesta siempre fuera algo diferente y durante mucho tiempo trabajó de esa forma. Van Van es una escuela, en definitiva. Una escuela que forma a la gente y la desarrolla».

Finalmente le preguntamos por sus relaciones con los otros integrantes de la orquesta y no dudó en responder: «Todos los cantantes de Van Van han sido mis amigos. Hemos pasado muy buenos momentos juntos», concluye Silvio.
Imágenes: Captura de pantalla de concierto de los Van Van