Guitarra y canto de Noel Nicola

Noel Nicola

Estar en sus canciones es seguir en cada calle, parque, el mar y el aire del gigante paso por la vida de Noel Nicola.

La impronta de sus temas combinó textos, cual guiones cinematográficos, y melodías tan intimistas como capaces de recorrer continentes y fundirlos en el sonido cosmopolita habanero.

Desde antes de nacer el 7 de octubre de 1946 en la central provincia de Villa Clara, no era difícil intuir que su destino era la música más exquisita a partir de una guitarra, que seguro corría en su ADN como herencia del gran maestro cubano del instrumento que fue su padre Isaac Nicola.

La influencia, además, de su madre, Eva Reyes, cantante y violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional, moldearon el gusto estético del virtuoso niño Noel.

Sensibilidad, ingenio creador, humanismo colocaron al muchacho cerca de la mejor poesía, también de sus contemporáneos interesados por el arte sonoro y el estudio de las culturas originarias de los pueblos de Latinoamérica.

Así el joven se unió a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en la semilla del árbol de la Nueva Trova, aprendió con los grandes maestros del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, musicalizó a poetas esenciales, como José Martí y César Vallejo, concibió una obra vasta para diferentes medios y, claro, para ser interpretada por él y decenas de vocalistas del orbe.

Si bien no fue muy dado a presentarse ante las cámaras, Noel Nicola no pasó inadvertido para quienes descubrieron en sus composiciones lo hermoso de cantar a detalles cotidianos desde un estilo renovador.

Su mítica obra “Es más, te perdono”, aparecida en 1977 en su primer álbum en solitario, titulado “Comienza el día”, siempre lo trae de vuelta, aunque desde el 7 de julio de 2005 haya viajado a la eternidad.

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