En un tiempo en que la música cubana buscaba nuevas formas de expresión, Guillermo Barreto Valdés fue el pionero que supo combinar la tradición afrocubana con los ritmos del jazz estadounidense. Así creó un lenguaje sonoro que cambió para siempre el panorama musical de la Isla.
Su virtuosismo en la percusión y la capacidad para improvisar en las famosas descargas del Cabaré Tropicana lo convirtieron en un icono del jazz latino.
Nacido el 11 de agosto de 1929 en La Habana, Barreto recibió formación musical desde niño, primero en piano y luego especializándose en percusión. Durante la década de 1950, participó activamente en jam sessions que marcaron un antes y un después en el arte sonoro en la Isla.
Fue fundador en 1958 del Quinteto Instrumental de Música Moderna junto al pianista Frank Emilio Flynn, agrupación fundamental para el desarrollo del jazz en la mayor de las Antillas.
A lo largo de su vida artística colaboró con grandes figuras como Chucho Valdés, Peruchín y Tojo, mientras su matrimonio con la cantante Merceditas Valdés reforzó su compromiso con la cultura criolla e imprimió a cada ritmo un sello único que trascendió fronteras y épocas.
Guillermo Barreto falleció el 14 de diciembre de 1991 en La Habana, pero su legado perdura vivo en cada tambor, cada clave e improvisación que conquista a músicos dentro y fuera de su tierra natal.
En academias y conservatorios de Cuba y del resto del mundo su legado es estudiado como ejemplo de excelencia técnica y creatividad rítmica. Además, sus grabaciones y las descargas históricas resultan referentes indispensables para nuevas generaciones de percusionistas y amantes del jazz.
La herencia de su obra se celebra anualmente en la Fiesta del Tambor «Guillermo Barreto in Memoriam», certamen que reúne a destacados músicos nacionales e internacionales, ofrece clases magistrales y competencias de percusión, al tiempo que ha devenido epicentro para la promoción y preservación del arte sonoro folclórico y popular cubanos.
Foto: Tomada de Cubanos Famosos