Gerardo Aldana Calzado: Una vida en defensa de la trova cubana 

Gerardo Aldana Calzado

Cuando se hable de defensor a ultranza de la trova santiaguera, de hombre querido y admirado por sus elevados valores musicales y humanos, debemos referirnos a José Gerardo Aldana Calzado. 

Nacido en la ciudad indómita el 24 de septiembre de 1950, el bardo, según comentó la musicóloga Alicia Valdés, quien fuera su compañera de vida e inspiración en el desarrollo de su carrera, debe su quehacer musical más que a una trayectoria académica a sus compañeros de ruta, a sus contactos con las casas de la trova de Santiago de Cuba, Manzanillo y Sancti Spíritus y poniendo atención a los máximos exponentes de la canción trovadoresca de cada uno de estos lugares:  

Además de los referentes históricos de la trova, que otros guitarristas marcaron la carrera de Gerardo. 

Él siempre me dijo que su carrera estuvo signada también por los trovadores Ángel Almenares, así como por Manolo y Manuel Castillo, ellos le señalaron el camino y alimentaron su historia. 

Sabemos que los inicios de Gerardo fueron de manera empírica.  ¿En qué momento alcanzó la condición de artista profesional?  

Gerardo se hizo profesional a partir de 1968, momento en que tuvo la posibilidad de integrar varias agrupaciones musicales de variada estructura. Con estos grupos perfeccionó aspectos relacionados con la pulsación de la guitarra, con el dominio de las técnicas interpretativas para auto acompañarse y participó en la vida bohemia de la ciudad, con serenatas, como parte de sus preferencias.  

¿A dónde le condujeron las enseñanzas obtenidas con estas agrupaciones?  

Todo este bagaje le abrió las puertas para la creación de un proyecto propio como solista-vocalista-instrumentista y desde allí se especializó en la interpretación del bolero y otros géneros como el son y la guaracha.  

¿Qué otros aspectos considera relevantes en la carrera de Gerardo, a quien estuvo ligada durante muchos años? 

Algo que considero relevante en su carrera, porque además siempre lo mencionaba, pues marcó un antes y un después en su vida profesional fue cuando en 1976, integró una Brigada Artística organizada por músicos santiagueros para ofrecer conciertos en los lugares más recónditos de la Sierra Maestra. De esta acción se sintió muy orgulloso, por considerarla un acto de humanismo. También se sintió muy complacido cuando visitó la República de Nicaragua como invitado para participar en la Gala inaugural de la semana de cultura cubana en ese país centroamericano. Para Gerardo resultó gratificante de igual manera en 2001, su participación en un documental sobre música tradicional cubana a cargo de una compañía japonesa, así como su viaje a Colombia invitado por el Instituto Departamental de Bellas Artes, de la Universidad de Santiago de Cali para realizar conciertos con la banda de música del lugar.  

Hábleme de los proyectos liderados por Gerardo, en el contexto de su interés por mantener vivos los estándares de la trova tradicional cubana y la labor de la mujer en la música nacional. 

Creó el proyecto “Presencia simplemente”. Se desarrollaba una vez al mes en la Casa Memorial Salvador Allende, ubicada en el Vedado capitalino. Allí Gerardo cantaba con preferencia temas trovadorescos acompañado por su inseparable guitarra…  y de conjunto concibió conmigo otro proyecto que titulamos “La Bella Cubana” con el objetivo de promover la labor de la mujer en la música nuestra. 

¿Tuvo Gerardo la oportunidad de grabar algún disco? 

Si, Gerardo tuvo la oportunidad de grabar un fonograma que se titula Memorias, con el auspicio de la casa disquera Colecciones Colibrí, perteneciente al Instituto Cubano de la Música. 

El álbum resume una etapa importante de su vida que abarca su quehacer en Santiago de Cuba por lo que es también un homenaje a esa tierra de grandes referentes musicales. Muchas de las canciones del disco son de trovadores santiagueros. 

Pienso que un trovador de larga trayectoria como Gerardo atesora varios reconocimientos. Puede hablar de esta parte de la vida del trovador.   

Gerardo tiene una carrera artística de más de medio siglo. En ese tiempo alcanzó la distinción Por la Cultura Nacional, la placa José María Heredia, las Medallas por los diez y 50 años del Movimiento de la Nueva Trova, el diploma Nicolás Guillén de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Gitana Tropical, entre otros importantes lauros. 

¿Cómo le gustaría que los cubanos, a quienes Gerardo entregó su arte, lo recordaran?  

Como lo que fue, un hombre decente, bueno, amable, con el que siempre estaremos en deuda por permanecer en su país, por defender nuestras raíces, no obstante, en ocasiones sufrir hostilidades, olvidos y hasta falta de delicadeza. Recordar a Gerardo, concluyó, es un acto de reconocimiento y respeto a su memoria. 

Fotos: Cortesía de la entrevistada 

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