El melodioso reino de Joseíto Fernández

Joseíto Fernández

Tal vez usted se incluya en el grupo de los sorprendidos – como le pasó a Benny More – al conocer que Joseíto Fernández, no obstante su afición de vestir guayabera blanca de mangas largas, de su raigal identificación con los elementos del son campesino y del punto cubano y de su afamada «Guajira Guantanamera», no era natural de «tierra adentro», como solía llamarse a los nacidos más allá de la urbe capitalina, sino que fue un habanero de pura cepa, que llegó al mundo en el popular barrio de Los Sitios.

Dotado por la naturaleza de un singular sentido musical, ya con doce años de edad participaba en serenatas junto a sus amigos, para integrar después un trió en unión a los hermanos Llorente. En su mocedad también figuró en las plantillas de varios sextetos de son como fueron Los Dioses del Amor y Juventud Habanera. Además participó  en un grupo de charanga defensor del danzón.

Su voz bien timbrada y afinada y la adopción del son montuno y del punto cubano como baluartes de su carrera artística, unido a sus dotes de improvisador, le representó un aumento considerable de su popularidad. A ellos hay que agregar que con su extenso registro vocal, era capaz de imponerse ante la carencia de amplicadores. Estas razones le valieron ser llamado Rey de la melodía.

Además de su conocidísima «Guajira Guantanamera», Joseíto Fernández fue autor de más de 40 composiciones entre guajiras-son, guarachas, sones y hasta guaguancó. Entre estas piezas  cabe mencionarse «Elige tú, que canto yo», popularizada por Benny More con el acompañamiento de su Banda Gigante.

Joseíto Fernández fue uno de los artistas que siempre se mantuvieron fieles a su patria. Recibió numerosas propuestas para que abandonara el país después del triunfo de la Revolución, pero decidió mantenerse en el suelo natal.

El Rey de la melodía fue una presencia habitual en la radio y la televisión. En este último medio, actuó con frecuencia  en los espacios estelares San Nicolás del Peladero y Palmas y Cañas. Aun quedan grabaciones suyas en las que aparece ataviado siempre de blanco, con su inseparable sombrero de jipijapa y un humeante y criollo habano.

Foto Tomada del Portal del Ciudadano de La Habana

Autor