Existen unidades artísticas que desfilan por los escenarios lugareños y foráneos, sin dejar a su paso una marca que cual huella dactilar, permita su identificación como esta y no aquella.
En cambio, hay otras formaciones que desde su lanzamiento a la palestra pública, han hecho suyo un sello identitario que permite su inmediato reconocimiento por el público.
Un ejemplo excelente de la organización y el estilo al que hago referencia en el párrafo anterior es la Orquesta Aragón. Desde hace 85 años, la llamada Charanga Eterna, hace gala de una sonoridad, que ratifica lo afirmado por el violinista Enrique Jorrín, en el tema musical de la orquesta: «Si tú escuchas un son sabroso, ponle el cuño, es la Aragón/ Si tú escuchas un rico danzón, ponle el cuño, es la Aragón».
La música en Cienfuegos, ciudad donde surgió la Orquesta Aragón en 1939 era parte de la vida social de la localidad. El mundo artístico e intelectual de la región se encontraba en sus más altos momentos. Se hablaba por entonces de un sonido cienfueguero como un sello sonoro del quehacer musical local, que se explica por las tradiciones danzoneras y soneras, formatos musicales (sextetos, septetos, conjuntos, bandas, charangas, Jazz band); géneros (danzon, danzonete, habaneras, boleros, sones) e instrumentos (violín, flauta y piano) que sesgaron de un modo especial el entorno musical cienfueguero en la décadas del treinta y el cuarenta del siglo XX.
En ese ámbito sonoro nació y se desarrolló la Orquesta Aragón, que poco a poco fue ganando espacio, para conquistar la escena territorial, nacional e internacional.
Algunos estudiosos (Alegna Jacomino Pérez, por ejemplo) han destacado cuatro períodos o etapas en el decurso de la Orquesta Aragón. Tal periodización no atañe únicamente a una datación cronológica, sino al impacto socio-cultural de su obra. A riesgo de pecar de esquemático, compendio a continuación dichas etapas de la siguiente forma:
1ra etapa (1939-1958): La agrupación se caracterizó por ser una orquesta regional cienfueguera. Este período se distingue por la búsqueda de una personalidad propia en el conjunto de la música cubana y estuvo marcado por el medio social y cultural de su región de origen.
2da etapa (1953-1958): La Aragón se convierte en la más importante agrupación musical tipo charanga del país. Su sonoridad y estilo atraen a bailadores y oyentes de toda Cuba. Su música se integra a la cotidianeidad de los barrios y personas; conviven con ellas en el hogar o el trabajo. De igual forma, la agrupación inició su mundializacion, y se convierte en un referente obligado de la música latinoamericana.
3ra etapa (1959-1982): Marcado por el triunfo de la Revolución y por el cambio que se operó en una sociedad de consumo, en la que La Aragón había triunfado frente a una dura competencia. El nuevo ambiente social, aupado por las transformaciones revolucionarias y el consecuente mejoramiento del nivel de vida de todos los pobladores, desató la potencialidades creadoras de los músicos de La Aragón, para cristalizar como la Orquesta en el más importante referente de la música bailable cubana.
4ta etapa (1983-hasta la actualidad): Este período se inició luego del fallecimiento, en 1982 del director insigne Rafael Lay Apesteguía. La Orquesta atravesó un período de crisis, que incluyó amenaza a la continuidad del grupo. Esta difícil fase fue superada con la incorporación de nuevos músicos y bajo la dirección de Rafael Lay Bravo, se inició un nuevo proceso de cambios y búsquedas musicales que no ha finalizado aún.
En esta cuarta etapa, que como se ha dicho aún no ha concluido, la Orquesta Aragón tiene mucho que aportar, para mantenerse como la Orquesta emblemática de Cuba.