El pasado año 2023, en el Día del Son (8 de mayo), la cantante Anaís Abreu, nacida en Camagüey, celebró en grande los 65 años. Con ella me encuentro en los lugares más inusitados de La Habana musical. Es una cantante de larga trayectoria, comienza en su Camagüey natal, donde fue profesora, durante once años, en dos escuelas de arte.
La conozco desde la época de aquel programa competitivo de la TV: Todo el mundo canta, donde yo trabajé como asesor. Anaís en esa ocasión se alzó con el 1er Lugar. Era el año 1983, justo en aquella visita de Oscar D´León a Cuba, en la que todo cambiaba. Después la vimos presentarse en el Concurso Adolfo Guzmán 1989 (comenzaba el llamado boom de la salsa cubana) y allí también gana el Gran Premio y, un año más tarde logra también el Premio del Festival del Cha Cha Chá 1989 y Premio en Canción 2004 en Cubadisco, con el tema “Alma”, de Jesús Cruz.
Ya tenía una trayectoria, pero no te cuento los avatares por los que transité, me comenta Anaís en una de nuestras conversaciones, a La Habana vine a jugármela al todo por el todo y todavía estoy luchando, como decía José Luis Cortés.
Efectivamente, después de estos premios, ya contaba con treinta años, la edad de oro; pero para llegar a ese momento, había estudiado en Camagüey, su ciudad natal, en la Escuela Provincial de Arte Luís Casas Romero, y de nivel medio en la Escuela Nacional de Arte y el Centro de Superación de la Enseñanza Artística de Dirección Coral. Estudios que le ayudaron en su afinación proverbial.
Después de esa preparación escolar, pasó por el mundo del cabaret, llegó a ser una de las legendarias voces que pasó por el Palermo, famoso en otros tiempos. De allí pasa al Caribe del Habana Libre donde fragua su trabajo en el musical junto a las últimas estrellas de una generación desaparecida del musical. En todo ese recorrido va conformándose como una bolerista filinera amante de ese rubateo, bastante cercano al jazz.
Pero, lo que más enseña a Anais, son sus presentaciones por países de diversa cultura europea y latina: Chile 1989, Argentina 2000, España1987, Francia 1985 y 1998, Checolovaquia 1984, Hungría 1985, Italia 1990, Grecia 1998, Turquía 2006, Colombia 1996, 1998, 2000 y 2012. Llega hasta París sin tener que hacer ninguna misa, se presentó en la Cité de la Musique ante 1 500 espectadores. Cantó ante cuatro mil asistentes en Atenas, Grecia, en la ciudad Tesalónica, que fuera la ciudad más poblada y próspera del antiguo reino griego de Macedonia. Apoyada por el Icap (Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos), visitó Italia, España y Turquía.
Anais ha participado con su voz en varias películas: Dobla a Jacqueline Arenal en Tiburones en La Habana; Dobla a Zenia Marabal en la canción “Sé feliz”, en la película Habana blue. En la cinta ítalo-cubana Robo de bicicleta, donde participan Jorgito Martínez y Vladimir Cruz, canta de Arsenio Rodríguez “La vida es un sueño”. En un filme inglés titulado Se va la luz, participa interpretando una canción acompañada por el pianista Rolando Luna. En el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano 2004, canta en la obra “Cantos Generales” de Pablo Neruda y dedicada a Mikis Teodorakis. En esa obra es apoyada por la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Nacional. Aparece en un documental dedicado a Pedro Junco de Octavio Cortázar. También en otro documental dedicado a Luis Carbonell, dirigido por Yimy Sánchez.
En América Latina es altamente querida, especialmente en toda Colombia y hasta es conocida en Chicago, Nueva York, Miami, y Florida en el cabaret Hoy como ayer.
La lista de sus discos y premios es amplia, pero eso lo dejo para otro momento con más espacio. Anais no se puede quejar; pero yo sé, bien que sé, que ella es inquieta y busca siempre nuevos caminos buscando ese final ideal que tiene todo artista y que casi nunca encuentra. “Sigo luchando” siempre dice la cantante.
Según el estudioso de la voz de Anaís, Perucho Mejía García: La voz de Anais es espontánea, de identidad femenina, con especial fraseo. La llama la “actriz de la canción”.