Nuestra isla musical multiplica sonidos y colores en cada fusión de géneros y de manifestaciones del arte. De ahí el sello que distingue a Cuba por el sabor, gracia y talento de su gente y sus artistas, con obras inestimables como las realizadas por la Compañía Habana Compas Dance y el grupo Cordovichi, dirigidos por el virtuoso Eduardo Córdova Reyes.
Con este hombre prodigio conversó Radio Cadena Habana para acercarse a sus múltiples facetas y a su excelente desempeño, que le ha permitido ser acreedor en 2024 de la distinción Gitana Tropical, máximo reconocimiento otorgado por la Dirección Provincial de Cultura en la capital cubana.
¿Cuánto le ha aportado Eduardo Córdova a Habana Compas Dance?
Para hacer justicia el aporte ha sido mutuo. Al apreciar lo que hacían estas muchachas, entendí que podíamos realizar maravillas. Yo buscaba personas interesadas en aprender la percusión cubana y ellas bailaban flamenco, que su anterior directora, Liliet Rivera, les había enseñado. Los patrones ritmáticos de esta danza son muy similares a los de la música africana, por la influencia que dejaron en el país ibérico tantos siglos de dominación árabe.
¿Esta fusión hace única a la compañía?
Así es, no tiene precedentes. La esencia es usar los patrones musicales afrocubanos no solo en los tambores batá y la tumbadora, también se lleva la sincopa cubana por las bailarinas, que marcan el contratiempo con los pies, las manos, las castañuelas, tacones, chancletas. Es una manera diferente de expresar las influencias que nos identifican como nación.
¿Pudiéramos decir que su trabajo con la compañía Habana Compas Dance tiene raíces en sus búsquedas artísticas de hace algunos años?
Me gradué en 1982 como músico en la Escuela Nacional de Instructores de Arte. También soy compositor y me desempeñé como profesor de percusión en la Banda del Estado Mayor General, luego seguí en solitario por diferentes países. Todo lo aprendido en este tiempo lo he volcado a la compañía y al proyecto comunitario Danza y percusión, que permite encontrar el talento en los barrios y desarrollarlo mediante talleres para niños entre los 5 y 18 años de edad.
¿Pero Eduardo Córdova es un músico sui generis que compone y también confecciona instrumentos, sin olvidar las esencias de nuestra cultura?
Mi trayectoria comenzó con mi estudio del violín con diez años, aunque no terminé, después tomé de cada escuela por donde pasé, así como de los lugares y personas que han nutrido mis conocimientos. He logrado incorporar mis saberes a la compañía y muchos de los temas que se trabajan en ella son compuestos por mí, con ayuda de Julio Valdés y Eddy Dj. Los instrumentos musicales que empleamos igualmente tienen mi sello. Las ideas van surgiendo y mis manos las perfilan. Y sí, respeto las raíces legadas por nuestros ancestros, además de alimentarme de lo cotidiano, por eso mezclamos lo folclórico y lo contemporáneo.
¿Hay una historia interesante sobre el primer tambor que usted confeccionó?
Soy, además de músico, artista plástico y eso me lleva a crear objetos, imágenes, por lo que cuando intenté hacer mi primer tambor, salió con orificios. El hecho casi accidental lo aproveché para dibujar un rostro y se multiplicó a todos los tambores que hice. Profundicé en la cultura cubana leyendo al sabio Fernando Ortiz y mantengo una línea de instrumentos, algunos a partir de objetos utilitarios como las sillas.
Toda la idiosincrasia criolla usted ha logrado resumirla en cada paso, sonido, imagen de Habana Compas Dance y hoy recibe el reconocimiento de la sociedad. ¿Se siente satisfecho?
Es un sueño que he logrado hacer realidad con mi trabajo para la compañía. Los diferentes reconocimientos, como el más reciente, que es la distinción Gitana Tropical, me indican que debo continuar creando para la comunidad. Ahora no solo tengo una galería para exponer mi obra de la plástica, junto a mi esposa, Ana Rodríguez, también artista de la plástica. Tengo un grupo musical para el cual compongo la música que bailan las muchachas, mantengo un proyecto de desarrollo local que abre las puertas a los niños talentos de la comunidad y del cual se nutre a su vez la compañía. Por eso desde que uno llega a la sede de la compañía en el municipio habanero de Marianao o cuando ve los espectáculos, siente que todo es coherente. Lo son mis pinturas ambientando los murales, los instrumentos, sobre todo, el taburete, primer elemento que empleamos en la percusión y como objeto decorativo, el cual, sin dudas, nos identifica.
Radio Cadena Habana, emisora de la música cubana, le agradece este intercambio a Eduardo Córdova. Muchas felicidades y nuevos éxitos, Maestro.