El guateque dominical mensual de la Casa de Cultura de Guanabacoa es muy peculiar. Surgió como acción inclusiva, donde no solo hay música campesina, sino que se mezclan distintos estilos melódicos para lograr un ajiaco de ritmos desde la alegría, el respeto a los mejores valores humanos y la intervención de individuos con capacidades intelectuales especiales.
Para hablar de este jolgorio debemos ubicarlo en su origen, el proyecto comunitario Granjita feliz de la antigua villa habanera, donde sus creadores y gestores, Lizy Frómeta y Darío Martos, unen música, danza, artes plásticas, literatura y cultura agrourbana con participación de todos los que deseen aprender, disfrutar y hacer crecer las esperanzas de muchas familias.
Con una trayectoria encomiable, el colectivo, próximo a cumplir once años de vida y haciendo honor a su nombre, está de plácemes, pues el próximo jueves 19 de septiembre recibirá el Premio del Barrio, que otorga anualmente el Secretariado Nacional de los Comité de Defensa de la Revolución.
Y no son pocos los méritos acumulados para recibir tal reconocimiento.
Si bien apareció como idea para criar conejos en un minúsculo espacio de una ciudadela, enseguida sus fundadores abrieron el diapasón a disímiles caminos dentro y fuera del territorio, con el propósito de acompañar a aquellas personas necesitadas de mayor motivación para una convivencia más armónica.
Granjita feliz fue tejiendo diversas urdimbres con los más bellos colores, sin descuidar nada. La música en todos los casos ha sido clave. Una muestra es la Brigada Artística Sueños Conquistados, la cual surgió en la acción mensual del mismo nombre en la Casa de Cultura guanabacoense y en ella los jóvenes con capacidades intelectuales especiales cantan, bailan, actúan, mientras comparten con aficionados y profesionales.
Pero la lista de hechos relevantes se agiganta, porque estas personas protagonizan otras propuestas culturales, como La Galería de los felices, compiten en concursos, obtienen premios, se involucran en desfiles de modas, cuidado del medioambiente y en otros eventos de carácter municipal, provincial, nacional e internacional.
Lizy Frómeta y Darío Martos son artífices de una aspiración que sigue creciendo y haciendo realidad las ansias de familias con niños y jóvenes, los cuales ahora tienen en Guanabacoa un espacio para desarrollar habilidades y talentos, mientras aportan con amor y disciplina.