José Antonio Méndez: El King 

José Antonio Méndez

El compositor, intérprete y guitarrista, José Antonio Méndez García, fue uno de los fundadores y más connotados iniciadores del movimiento de la canción feeling. Autor de obras emblemáticas de la canción latinoamericana, nació el 21 de junio de 1927, dentro de una humilde familia, en el reparto Los Pinos, Arroyo Naranjo, La Habana. 

Tuve la dicha de conversar en muchas veces con el King en mi primera etapa en la que buscaba un lugar en la música. José Antonio iba a tomar cerveza (heladas), al restaurante El Carmelo de Calzada, donde departía con el director de la Orquesta Sinfónica Nacional, Enrique González Mántici, quien me ofreció mucho apoyo en esos inicios. De aquellas veladas, después de almuerzo, fui conformando una serie de preguntas que el cantor me fue contestando: 

José Antonio ¿cómo se introduce en la música? 

En mi casa visitaban Sindo Garay, Manuel Corona y Rosendo Ruiz Suárez, trovadores de la vieja guardia. Desde la etapa de la escuela escribía mis poemas, porque yo tengo un corazoncito. Sin embargo, mi madre quería que fuera doctor, ingeniero. Ella decía que componiendo no se ganaba para comer. 

¿Hizo algún grupito? 

Para que sepas, en el año 1940 tuve el atrevimiento de presentarme en La Corte Suprema del Arte, y me gane el primer premio con el corrido “Cocula”. Estaba de moda la música mexicana, por eso llegamos a formar un trío llamado Xochimilco. Nos pagaban diez pesos al mes. Después, con Frank Emilio, hicimos un combito, lo llamamos Loquibambia y hasta íbamos a la radio. 

¿Cómo se enrola en el movimiento del feeling, en el Callejón de Hamel? 

Me lleva Ñico Rojas, tremendo guitarrista y compositor. 

¿En qué etapa compone sus mejores obras que, por supuesto suelen ser las primeras? 

Al igual que César Portillo de la Luz, en 1946, esa es la fecha que puede marcar el inicio del feeling. Escribí: “Por mi ceguedad” y “Novia mía”. Luego, en 1947 “La gloria eres tú”. Pero, nada: El mambo estaba duro, de la música no se podía vivir. 

¿Entonces qué hizo? 

El cantor del feeling, nacido en Santiago de Cuba, Pepe Reyes, me dio la idea de embarcar hacia México. Mis amigos me hicieron una reunión en el bar Lucero que allí está aún, al costado del Museo de la Música. En la colecta logré reunir unos cien pesos, y con ellos pagué el viaje en un carguero llamado Andrés Gritti, hasta Veracruz. 

¿En Veracruz qué hizo? 

De allí para la mera capital, donde me esperaba Pepe Reyes, junto a Ninón Sevilla, que era una especie de embajadora musical de los cubanos. Contacto con el Benny Moré que ya era un triunfador. Benny que era muy desprendido me dio dinero y me presentó al empresario Mariano Rivera, de la RCA Víctor en México. Mariano me propone grabar, yo no lo creí. Mario Ruiz Armengol, pianista y compositor mexicano de música clásica y popular me hizo los arreglos. No lo podía creer. 

¿Cómo se las arregló para cantar si usted no es propiamente un cantante? 

Yo tengo mi ronquera, pero hago mis modulaciones, matizo, hago como un recitativo, aplico un estilo, trataba de mostrar una voz amable, como de terciopelo, como lo que hacía en esa época Agustín Lara y, después Lucho Gatica. 

¿México no era comida fácil para los extranjeros? 

Cada cierto tiempo, cuando se vencía la visa, cruzaba a Guatemala y regresaba. 

¿Cómo se sostenía? 

Comiendo plátanos y más plátanos. 

Supe que en Guatemala tuvo una buena noticia… 

Muchacho, ya en 1957 salió al mercado mi primer larga duración y me mandan a Guatemala un billete, un cheque con dos mil 500 dólares. Yo nunca había visto tanto dinero, dejé de comer plátanos y comí caliente (arroz, carne, frijoles, ensalada, postre). 

¿Entonces llega de rico a México? 

Ay chico, ya era famoso: Me grabaron: Toña la Negra (la voz de Agustín Lara), ʺLa Gloria eres túʺ, y también Pedro Infante, quien la llevó al cine en el filme Dos tipos de cuidado, que interpretó junto a Jorge Negrete, los más grandes de México. ¡Respeto para los grandes! 

¿Enseguida estaban en la gran escena internacional? 

Trabajé junto a personalidades de la talla de Mario Ruiz Armengol, Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Vicente Garrido, Álvaro Carrillo, José Sabré Marroquín, Lucho Gatica y María Luisa Landín y, apoyado por Benny Moré y Dámaso Pérez Prado: grandes entre los grandes. 

¿Yo supe que, hasta Armando Manzanero, cuando comenzaba, fue a pedirle consejos a usted? 

En 1957, Manzanero viaja desde Veracruz hasta el DF para conocerme en el cabaret Astoria. Se valió del compositor Luis Demetrio, autor de “La puerta”, “Felicidad”, “Si Dios me quita la vida”. Pues Manzanero me cantó sus canciones y quería mi opinión acerca de su posible éxito futuro. 

¿Qué le dijo usted? 

Tus armonías están un poco avanzadas para este tiempo, pero tienes lo necesario para llegar a triunfar. Me dijo: “Usted cree maestro”. Le dije: “No te apures, que tú vas a dar un trancazo”, vas a llenar una etapa de la canción en México y seguro vas pa´rriba”. Quizá dentro de diez años llegue tu triunfo. 

¿La profecía se cumplió? 

En 1965 gana el primer lugar del Festival de la Canción en Miami con el tema “Cuando estoy contigo”. En 1966 Carlos Lico pone en las primeras posiciones de la radio su canción “No”. En 1967, animado por un ejecutivo de la filial mexicana del sello RCA Víctor, graba su primer disco, titulado Mi primera grabación, con canciones propias, donde destaca el romanticismo que lo caracterizará más adelante. ¿Qué te parece? 

Trabajé en la Televisión con Leonardo Acosta, su amigo y buen conocedor de su vida. Dice que usted es un innovador del lenguaje callejero cubano. 

Yo tengo mi lenguaje filinero, de la gente de las peñas, para comunicarnos entre amigos. Claro, trabajamos juntos en la música, compartimos en clubes nocturnos, nos tomábamos algunos tragos, en esa vida bohemia. Leonardo nos ayudó mucho, se interesó mucho en nuestros primeros éxitos con conjuntos como el Casino con Roberto Faz, quien interpretó “Quiéreme y verás”, con ese arreglo tremendo del Niño Rivera. 

Vamos a terminar hablando de algunas de sus canciones más queridas… 

“Novia mía” está dedicada a una enamorada que le prohibían relaciones conmigo. Después me enteré que tuvo diez hijos, me hubiera vuelto loco. “La gloria eres tú” nace de aquellas leyendas del cielo, de la gloria, y como yo no había estado de visita en el cielo pensé que el verdadero cielo era la mujer en la tierra. “Si me comprendieras” la hice para contentar a mi prieta, que le había pasado el pestillo a la puerta una noche que llegué tarde de una serenata. La canción nació así de fácil y mira que cosas tiene la vida, tuvo un éxito casi increíble. 

¿Cómo le fue con César Portillo de la Luz y su carácter? 

 El sargento mala cara es así desde siempre, genio y figura hasta la sepultura. A Lucho Gatica lo increpó porque le hizo un cambio en la letra de “Contigo en la distancia”. La gente nos compara, pero somos la antítesis; sucede igual con otros trovadores que nos quieren comparar y, nada tienen que ver. Cada artista es un mundo, un mundo diferente. 

Una opinión del feeling y nos despedimos… 

Ya se sabe que el feeling es sentimiento; aunque te digo, esa palabra estaba ligada un poco a nuestras vidas en una época distinta. Nos llamaban los bohemios del feeling. 

 

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