René Márquez Rojo: versatilidad y pasión

René Márquez Rojo:

Una vez más desando los senderos de la música cubana para romper lanzas contra los demonios de la desmemoria y traer al presente la personalidad artística del músico, compositor y guitarrista autodidacta, René Márquez Rojo. 

Unos años atrás Márquez Rojo era considerado por la crítica especializada como uno de los pilares de la música en la Isla.

En la actualidad, la mayoría le reconoce tenuemente como el autor de la canción “Espontáneamente”, difundida con amplitud en la voz de su hija –Beatriz Márquez– en tiempos en que La Musicalísima escalaba las cimas de la popularidad en la nación antillana.

En ese entonces, Beatriz siempre contó con la presencia artística y paternal de René. Al respecto expresó: “Mi padre  está  presente en los momentos más puros y lindos de los inicios de mi carrera. Con él pude desarrollar todo lo que soy“.

Nacido el 9 de septiembre de 1914 en Remedios, entonces provincia Las Villas, hoy Villa Clara. Allí realizó sus primeras incursiones en el mundo de la música y formó parte de varias agrupaciones locales

Su versatilidad, talento y pasión le abrieron las puertas a otras formaciones orquestales de mayor nivel; dígase Cervantes, Orquesta de René Touzet, Orquesta de Julio Cuevas, Orquesta de Cheo Belén Puig, Orquesta de Neno González y Orquesta Arcaño y sus Maravillas.

Gracias a su habilidad para acomodar la voz, le fue lícito formar parte de agrupaciones musicales de diferentes formatos y géneros, lo que le exigió un profundo conocimiento de los estilos interpretativos y los respectivos repertorios que caracterizaban a cada una de ellas.

Con la orquesta de René Touzet alcanzó su primer gran éxito, cuando en 1939 interpretó el bolero “No te importe saber”, de su inspiración. 

Con su innovadora armonía y su interpretación apasionada, Márquez consolidó su reputación  como compositor e intérprete. 

La consagración le llegó con la orquesta de Julio  Cuevas donde permaneció diez años. Durante ese decenio René Márquez brilló en presentaciones artísticas, bailes populares, grabaciones y colaboraciones.

Después de una década con la orquesta de Cuevas, Márquez optó por proseguir su carrera en solitario, hasta que en 1970 se unió a la Tanda de Guaracheros del Consejo Nacional de Cultura, en la que dejó una huella indeleble.

Como compositor su quehacer también fue encomiable. El catálogo de Márquez Rojo incluye piezas que conforman un muestrario del abanico genérico de la música cubana.

Además de los temas “No te importe saber” y “Espontáneamente”, ya mencionadas con anterioridad, escribió con preferencia guarachas, como: “Jícaro”, “El grano de maíz“, “Soltando Chispas”, y canciones como: “El ciclo de mi vida”, “Esta ilusión“, “Puede una flor”, entre otras.

René Márquez Rojo falleció el 23 de diciembre de 1980. Finalizaba la vida de un artista que dejó su impronta en el pentagrama sociocubano con piezas musicales que hoy se siguen cantando.

En la foto: René junto a su hija Beatriz Márquez. Tomada de Ecured

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