En Pogolotti, corazón de Marianao, crece un proyecto que ha sabido conquistar a niños, jóvenes y familias: Conklave, liderado por la profesora Gretchen Pozo y adscrito a la Casa de Cultura Flora.
Mucho más que un espacio artístico, es un movimiento comunitario que rescata tradiciones, fomenta la creatividad y siembra valores humanos. Con música, danza y percusión, el colectivo llega a cada rincón del municipio, mezclando lo popular y lo contemporáneo.
Aunque la danza es hoy su mayor fortaleza, también han conformado un coro infantil y apoyan el desarrollo de jóvenes talentos, como una solista de apenas 18 años que promete brillar en los escenarios.
Además, mantienen abierta una convocatoria para niños interesados en el canto, la percusión afrocubana y el baile, con especial énfasis en varones entre 7 y 12 años.
Pero Conklave va más allá del arte. Sus profesoras Gretchen, Macyalé y Yisel inculcan en los pequeños valores de responsabilidad, respeto, patriotismo y honestidad, apostando por formar seres humanos íntegros, con sensibilidad estética y espíritu crítico. La comunidad ha encontrado en esta idea un verdadero “remanso en tiempos difíciles”.
El apoyo de las familias resulta vital: madres, padres, abuelos y tías colaboran en cada detalle, desde el vestuario hasta las meriendas, reafirmando que Conklave es un esfuerzo colectivo. Testimonios como el de Daimy Rodríguez reflejan el orgullo de ver a los niños crecer en un espacio que es arte y hogar a la vez.
En poco tiempo, el proyecto ha ganado gran visibilidad, participando en eventos municipales, provinciales y de gobierno, en el Acuario Nacional, en círculos sociales y, recientemente, en la carpa de Cubacirco Pioneril Ángeles del Futuro.
Siempre con gran acogida del público, que reconoce en Conklave un tesoro cultural de Marianao. Une tradición y modernidad, arte y valores, comunidad y esperanza: así late, sembrando futuro entre tambores, cantos y danzas.
Foto: Tomada de www.youtube.com