Ignacio Piñeiro: 136 años echando salsita al son 

ignacio pineiro

Ignacio Piñeiro Martínez, nacido en La Habana, el 21 de mayo de 1888 y desaparecido físicamente el 12 de marzo de 1969, fue un sonero de marca mayor. Su rol no se circunscribe al aporte interpretativo, sus valores compositivos son notables y altamente tenidos en cuenta por los seguidores del son de varios países y generaciones. Fue conocido dentro y fuera de nuestras fronteras por el apelativo Poeta del Son, precisamente por esa peculiaridad a la hora de componer. 

Tal como afirma el investigador Ricardo Oropesa, el son se diseminó por toda la isla de Cuba y en gran medida ese contexto se debe a Piñeiro, en un proceso que pudiera definirse como creación propia de los genios. Y es que supo como nadie captar la riqueza del género, sus valores armónicos expresivos, cadencia y belleza literaria para con posterioridad, a través del Septeto Nacional que lleva su nombre, traspolarlos a los bailadores, quienes atrapados por su disposición musical y sabrosura lo abrazaron como una madre a sus hijos. 

Ignacio Piñeiro tomó fragmentos sonoros de las capas más humildes de la sociedad, como parte de sus génesis, y a partir de este trabajo de rescate transformó los orfeones de clave en coros de guaguancó, que tuvieron su máxima expresión en el coro de guaguancó Los Roncos, de Pueblo Nuevo, al cual incorporó lo asimilado de los diferentes cabildos africanos. 

A los valores folklóricos que cultivó en estas agrupaciones, le adiciona un amplio dominio melódico-armónico y una mayor profundidad y vuelo poético, como muestra de un señorío musical más elegante, parte de una inteligencia rítmica pragmática. 

Esta receta la introdujo a nuevas maneras de hacer la música hasta cristalizar en el son habanero con esa peculiaridad que lo hace bailable por su preciosa carga de elementos del guaguancó. 

Muchas son las obras de Ignacio Piñeiro con las cuales los cubanos han bailado, tanto interpretadas por el Septeto Nacional, versionadas o interpretadas por otras agrupaciones, nacionales y foráneas. Sin embargo, dentro de ese vasto repertorio sobresale “Suavecito”, tema musical que llena las expectativas de los bailadores y de aquellos que sin bailar saborean las letras por su matiz cubano, criollo, sabroso, elegante, sazonado con frases como “El son es lo más sublime para el alma divertir”. 

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