Parque Cristo, recinto para disfrutar

Parque Cristo

Los parques de La Habana Vieja han devenido en recintos para el descanso y disfrute de los viajeros por sus agradables entornos, cargados de arbustos que refrescan en los días de intenso calor.

En ellos lugareños y personas, llegados de otros parajes, socializan como parte de ese intercambio necesario para los seres humanos.

Uno de esos espacios es el Parque Cristo. Además de ser portador de una belleza natural, allí  la cultura cubana se visibiliza a través de vendedores de bisuterías, de trovadores que intentan hacer mucho más agradable la vida, mientras los niños acompañados de padres y abuelos  juegan hasta el cansancio.

En una de las esquinas se encuentra un monumento al poeta cubano Plácido, acompañado por una tarja que inmortaliza uno de sus poemas más relevantes.

El parque Cristo es una perfecta combinación de lo antiguo y lo contemporáneo, con bancos de madera y mármol como símbolo del desarrollo constructivo de la ciudad.

Sus atractivos no escapan a la agudeza de nuevos comerciantes que han abierto en sus alrededores cafeterías, restaurantes, bares y otros puntos de ventas, a quienes se suman los vendedores de maní y otras chucherías seductoras, sobre todo para los infantes.

No cabe dudas, el Parque Cristo, cercano al Capitolio, al Malecón, al Puerto, a la Plaza de las palomas, es lugar idóneo para el regocijo y descanso en una ciudad matizada por el ruido de automóviles y de la música altisonante, que a pesar de sus elevados decibeles siempre es bien recibida en una urbe rítmica por excelencia.

Foto: Tomada del sitio Bienvenidos

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