Hay músicos que no necesitan fanfarrias para imponerse: basta su timbre, su disciplina y la hondura con que entienden la música como servicio. En el soplo de una trompeta puede haber una biografía entera: infancia, sacrificio, ternura, temple.
Así fue Marcos Antonio Urbay Serafín, un artista que no sólo interpretó, sino que formó, sostuvo y sembró legado. Fue música, pero también raíz, escenario, aula, prestigio y siempre cercanía.
Nació el 21 de octubre de 1928 en Caibarién, y allí mismo falleció el 24 de febrero de 2019, a los 90 años. Hijo del también músico Roberto Urbay Carrillo, creció dentro de la tradición de las bandas de concierto, aprendiendo desde muy niño solfeo, teoría musical y trompeta. A los quince años ya integraba la banda dirigida por su padre, y más tarde se trasladó a La Habana, donde devino uno de los trompetistas más notables de su generación, al punto de ser apodado “el pico de oro”.
Su virtuosismo lo llevó a ser primer trompeta de la célebre Orquesta Riverside y a tocar en orquestas sinfónicas y cabarés emblemáticos. Fue uno de los fundadores de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, donde permaneció varias décadas.
Pero su grandeza no se limitó a la interpretación: fue maestro de maestros, profesor fundador de la Escuela Nacional de Arte y formador en el ISA y en importantes conservatorios del país. Publicó métodos pedagógicos para trompeta y acompañó, desde la docencia, el crecimiento técnico de nuevas generaciones.
Recibió el Premio Nacional de Enseñanza Artística (2007) y el Premio Nacional de Música (2018), además de múltiples distinciones por su obra cultural y humana. Aunque pudo haber escogido cualquier escenario, volvió a su tierra para dirigir la Banda de Conciertos de Caibarién, preservando una tradición centenaria y devolviendo a su pueblo, en sonido, la gratitud de toda una vida.
Hay músicos que interpretan; otros construyen historia. Marcos Urbay pertenece a los segundos y su trompeta sigue resonando donde el rigor se vuelve ejemplo y la humildad verdadera maestría.
Foto: Tomada de La Jiribilla
