Maikel Dinza: continuidad de un legado

Maikel Dinza

Las raíces soneras del violonchelista, compositor, productor y director de orquesta santiaguero Maikel Dinza, lo convierten en fiel heredero del Son.

Su música evidencia la continuidad de grandes portadores culturales en diferentes etapas del género. En Radio Cadena Habana nos adentramos en su historia.

«Vengo de una familia sonera. Mi bisabuelo Sipo Dinza era un juglar. Hombre que guitarra en mano iba de pueblo en pueblo con una encomienda musical;  quienes en años posteriores  se denominaron trovadores. Llevaba sus canciones para alegrar la vida de la gente en diferentes lugares. Él era natural de Guamá, en Santiago de Cuba, antigua ciudad de Chivirico, y llegó a zonas lejanas como el Realengo 18, a Guantánamo y La Sierra Cristal.

Su musicalidad lo llevó a trabajar por  4 décadas con la orquesta Chepin Chovén, pero también cantó con los hermanos Bravo. De igual modo me nutrió la visión que tuve en mi paso diario por la casa de la trova de Santiago de Cuba y el Ateneo cultural Armando Bravo Correoso, sitios donde cada día había formatos diferentes interpretando son.

Para mí es un deber familiar dar continuidad a éste legado, porque mi padre, también influyó mucho con lo que sucede en mi carrera. Soy licenciado  en violonchelo, pero la gran visión que hoy puedo poner en mi música, es lo que viví para entender que existen armonías musicales que son la base».

¿Por tú sólida formación también incursionaste en otros géneros?

«Sí, en mis inicios estuve trabajando en otros proyectos como  Moneda dura, por eso puedo producir un disco de pop siendo sonero. También hice música clásica, toda la bohemia de mi ciudad, he llevado la sonoridad romántica contemporánea a diferentes motivos armónicos del jazz.

No podemos ver el son con el tabú de algo viejo, tenemos que recrear y modernizar el lenguaje; soy de los que piensa que los géneros no cambian, pero el lenguaje sí, y los tiempos también.

Hay que darle la posibilidad a las nuevas generaciones que entiendan en el lenguaje actual, la rítmica y esencia de Cuba».

¿Consideras que la agrupación Soneros de la Juventud, hizo posible que se conociera tú obra en el panorama musical cubano?

«Han sido muchos años para entender lo que yo quería como sonero, inicié con una orquesta y hoy tengo un conjunto de son que va más a lo genuino. Diez años con Soneros de la Juventud y siete discos, considero  que es notorio.

En todo este tiempo muchas personas han influido, desde mi familia, mi empresa francesa ANZN y la Empresa de la Música popular.

Trabajamos para que la cubanía prevalezca, en tiempos donde lo foráneo ha invadido nuestra esencia musical.

Hablemos de  tú trabajo más reciente…

«Desde el año 2019 estoy trabajando para mostrar al mundo las raíces afrocubanas, mezclada con la música bailable. Nosotros tenemos una tendencia folclórica, se habla de rumba, bantú, los batà, lo yoruba, pero hay mucho de la emigración africana aplicado a nuestra música bailable.

Ejemplo de ello es el disco Manigua, como resultado de diferentes, investigaciones y descubrimientos que hice en el 2018 cuando estuve en Senegal, África.

Me di cuenta que lo que sucede con nuestra música popular hoy, son géneros africanos, simplemente acá tienen otro nombre, es resultado de la transculturación con diferentes esquemas y un mismo fundamento.

Manigua es un disco maravilloso, premio Cubadisco 2020 en la categoría de música popular bailable, donde se evidencia la música bantú mezclada a la popular, fusionamos toque batá con yoruba y lo distribuimos entre el timbal y la tumbadora. Estoy muy feliz con ése fonograma y por él fui reconocido también como productor con un Grammy Awards».

La relevante trayectoria musical de Maikel Dinza, destaca también en múltiples colaboraciones artísticas como productor. Su talento ha hecho posible fusionar estilos y trabajar con varios artistas de diferentes géneros reafirmando su cubanía. Sobre el tema acotó:

«Retrosalsa es otra de las placas de mi trabajo más reciente, con temas musicales de los años 40, 50 y 60  del pasado siglo, llevados a la sonoridad de estos tiempos.

Le sigue el CD Vívelo dedicado a Francisco Repilado, nuestro  Compay Segundo, un fonograma totalmente de mi autoría que cuenta con  composiciones, arreglos y producción musical; como tributo, a la música de Compay, dando  continuidad a ese legado. Escuchar la placa es darse cuenta que podemos hacer este tipo de composición, como deuda de la música cubana a su armónico.

Luego llegó un disco mágico con el talentoso pianista Rolando Luna titulado Por nosotros  y sumo también el fabuloso trabajo realizado con mi agrupación y la intérprete de música guajira María Victoria Rodríguez en su primer disco de salsa Que hablen si van hablar, donde realizamos un dúo ocasional.

La trayectoria de Maikel Dinza evidencia su autenticidad y valía como músico, compositor y productor, para integrarse a la amplia lista de los artistas cubanos que hacen historia en el siglo XXI.

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