Abril es tiempo bello, de aires primaverales, soles que calientan poco a poco y un trozo de historia que devuelve el recuerdo de una gesta victoriosa.
Justo al centro del mes los cantos, danzas, colores, se agolpan en cada sitio de esta tierra alegre y rebelde, para evocar el coraje que convirtió en leyenda a Playa Girón.
Los barrios, valles, montañas, la ciénaga, humildes y tenaces, ríen con los niños de vacaciones escolares, escuchan las jóvenes voces con sus juegos, la canción de Sara, la de Silvio, los poemas de Guillén y Naborí.
Se mezclan remembranzas milicianas, luz de alfabetizadores, hombres y mujeres que cuentan la vida de estos 63 indómitos años, instantes de pasión y llanto, de firmeza ante nuevas batallas.
Cuba y la cuarta página del almanaque se escapan a los oráculos, la sangre numerosa de ayer sigue abonando el camino. Cada escenario de hoy es un jubileo por la Patria ganada y artistas aficionados festejan en todas partes.
En Guanabacoa hay versos y melodías desde los talleres de la Casa de Cultura municipal, tanto como en Marianao con el proyecto de Danza flamenca y el de Cubacirco pioneril o en Regla con las agrupaciones danzarias Las Chunguitas y Futuro.
Muchos más celebran por doquier. Entre libros, filmes épicos, coros, narradores orales, surgen tonadas de ahora, otras miradas, centellea el decir contemporáneo, la dimensión de hijos del tercer milenio.
Llegan con sus mochilas de sueños por descubrir, tras telones de fuego, lluvia, alborotos y silencios en una época de chiquillos de todos los orígenes con zapatos de cualquier color para la esperanza.
Abril en esta isla mambisa y con memoria canta a sus héroes gigantes, anónimos, de una epopeya innombrable junto al mar.
