Compay Eduardo Sosa, voz y alma de privilegio 

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Eduardo Sosa es patrimonio de cubanía. La trova, la jarana criolla, el Santiago natal, La Habana de sus amores, caminar entre la gente de aquí o allá, guitarra en mano. Rodearse de tantos amigos queridos. Subyugar con su voz afinada y melodiosa. Lo recuerdo una tarde en la Peña del entrañable Pepe Ordaz, en Guanabacoa. Conversamos. La admiración por el amigo, los discos, los hijos, la Patria, la música… 

Aunque te iniciaste con el dúo Postrova en Santiago de Cuba, hay nombres en la música cubana muy ligados a tu trayectoria artística. Estoy pensando en Pepe Ordaz, por ejemplo. 

Sí, cómo no. Pepe es una de las personas que más quiero, que más admiro. Si no bastara la obra musical de Pepe, a mí me basta su amistad. Somos amigos desde hace tiempo y como dato curioso te cuento que mi debut en un teatro fue en el Martí, de Santiago de Cuba, y lo hice interpretando una canción de su autoría, Un son para ti. No nos conoceríamos hasta muchos años después y para mí ha sido un sueño cumplido que ahora sea mi amigo. Luego, en mi primer concierto en La Habana, lo invité a participar y ahí comenzó esta relación que nos ha llevado a crear unidos en varios proyectos. Ambos amamos la trova tradicional y él ha influido en mi desarrollo profesional. Mi álbum Allá voy, premio Cubadisco en la categoría de Canción contemporánea, tiene su colaboración con las voces. Además, realizamos un fonograma juntos, Convergencia, bajo el sello Abdala. 

¿Qué transformaciones ha tenido tu obra desde los comienzos en la década de los 90 hasta la actualidad? 

Mi modo de hacer trova ha cambiado, sin dudas. Empecé con textos muy rebuscados, pero he logrado ser más transparente. Eso sí, no compongo para estar a la moda. Disfruto lo que hago e intento no ser facilista, me exijo un mensaje de rigor cultural, que permita el crecimiento espiritual de quien lo escuche. 

A Eduardo Sosa también se le reconocen composiciones musicales como A mí me gusta, compay, cuya poética une cotidianidad y criollez. 

Sí, es un tema que ha pegado muy bien en las mayorías. Para mí es importante mi país. Tengo dos niños y me preocupan los hijos que voy a dejarle al mundo, pero también el mundo que voy a dejarles a mis hijos. Estoy al tanto de lo que ocurre, de cada problemática. No ando en un auto sellado herméticamente. Camino y hablo con la gente del barrio. Como trovador nos hacemos muy notables y nos convertimos en líderes de opinión, de ahí que debemos ser responsables con nuestro decir y actuar, teniendo en cuenta la realidad que vivimos. 

Eres un artista muy laborioso, posees varios discos y siempre tienes algún proyecto. 

Realmente ando muy ocupado, aunque no en grandes conciertos, pero sí en trabajos diferentes, giras por toda la isla, presentaciones en diversos escenarios, muchos de ellos en el oriente cubano. Desde que era integrante del dúo Postrova logramos dos discos, después vinieron unos cuantos en solitario y sigo ideando nuevos proyectos. 

Eduardo Sosa es un cubano comprometido con sus raíces. 

Me siento muy comprometido con mi país, con mi tiempo. Creo que es lo que deberíamos hacer todos, seamos artistas o no. 

Con este ser humano virtuoso, con alma de pueblo y dotado de voz privilegiada para enamorar los más exigentes oídos, nunca es suficiente el tiempo para escucharlo. Agradecemos sus palabras para la emisora de la música cubana, donde siempre tiene sitio de honor. 

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