Alejo Carpentier: La música y la radio en Cuba

Alejo Carpentier

A propósito del aniversario 120 del natalicio del ilustre narrador y ensayista cubano Alejo Carpentier Valmont, el 26 de diciembre, nos acercamos a sus vínculos con la música, la literatura y la radio.

Carpentier es ampliamente reconocido por su labor como musicólogo. Su libro La música en Cuba (1946) es pionero en el estudio de la historia musical en la Mayor de las Antillas. Este ensayo es un tratado histórico que abarca desde el siglo XVI hasta los años 40 del pasado siglo. En él destaca la diversidad sonora tanto culta como popular de la isla.

En su obra, Carpentier indaga en los orígenes de géneros como la guaracha, el mambo, el bolero y analiza el impacto de las sonoridades africanas y europeas en la identidad cultural de este archipiélago caribeño, resultado de la transculturación y el mestizaje.

Como autor fundamental en la literatura latinoamericana, su obra está marcada por el realismo mágico y revela una profunda conexión con la música, que permea sus novelas y ensayos.

Según la crítica especializada, en Los pasos perdidos y Concierto barroco, la música actúa como un elemento narrativo esencial. Es una suerte de banda sonora literaria que contribuye a la creación de atmósferas que enriquecen las tramas. Las referencias musicales refuerzan las imágenes y emociones.

En Los pasos perdidos, la Novena Sinfonía de Beethoven simboliza el conflicto entre civilización y barbarie. Otros compositores mencionados en esta novela son Rossini, Donizetti, Wagner y Meyerbeer.

En el acoso, la Tercera Sinfonía de Beethoven actúa como elemento unificador de la trama mientras que la música de Brahms influye en la evolución del personaje principal al servir como elemento estructural y emocional que refleja su estado interno.

Por otro lado, en Concierto barroco, el maestro del realismo maravilloso explora la cultura y la música latinoamericana del siglo XVIII. Esta novela se basa en la ópera Montezuma de Vivaldi. Se caracteriza por una estructura narrativa que juega con el tiempo y la realidad.

En tanto, en El reino de este mundo, la música desempeña un papel fundamental en la narrativa. Carpentier utiliza elementos musicales para dar forma al relato. Organiza las tramas de manera similar a una sinfonía, donde el personaje Ti Noel actúa como el hilo conductor que permite explorar la revolución haitiana y su contexto histórico.

Esta novela incorpora ritmos y danzas afrocubanas, refleja la riqueza cultural de Haití y su historia y destaca la influencia de las músicas francesas e italianas en el desarrollo musical de Cuba durante los siglos XVIII y XIX.

La consagración de la primavera se inspira en el ballet homónimo de Stravinski. Narra las vidas entrelazadas de Vera, una bailarina rusa, y Enrique, un cubano exiliado. La novela explora el impacto del arte en la sociedad.

Carpentier incursionó igualmente en el teatro lírico y en el mundo de la danza. En 1927 nació el ballet titulado El milagro de Anaquillé, estrenado en 1961, donde incorpora elementos afrocubanos.

Asimismo creó “Manita en el suelo”, una ópera bufa en colaboración con el compositor Alejandro García Caturla. Inspirada en un personaje real, Manuel Cañamazo, tuvo su estreno en 1934 y consta de un acto y cinco escenas. En ella presenta personajes de la mitología popular cubana como Papá Montero y Manita.

Como un reflejo de la diversidad cultural, en “Manita en el suelo” se exploran temas afrocubanos a través de un lenguaje coloquial. Se incluyen elementos de músicas y religiones de origen africano junto a la crítica social.

Además, en sus ensayos Carpentier abordó el jazz como un fenómeno cultural significativo del siglo XX.  Teorizó profundamente sobre la influencia de Darius Milhaud, a quien reconoció como el primer compositor europeo que entendió la importancia de ese género musical como un factor estético significativo.

En sus crónicas, exploró la obra de autores como Joseph Haydn, Honegger y Beethoven. Su análisis abarcó tanto aspectos técnicos como estéticos lo cual evidencia el profundo conocimiento musical del novelista cubano.

La radio desde la óptica de Carpentier

El ensayista también tuvo una notable conexión con la radio. Trajo a Cuba experiencias radiofónicas adquiridas en París, y destacó el potencial dramático de ese medio masivo de comunicación.

Durante la década de los años 60 tenía un espacio radial titulado “La cultura en Cuba y en el mundo”, como parte de la programación de la emisora Radio Habana Cuba. Allí el autor de El siglo de las luces exploró temas culturales y literarios,  y se convirtió en una voz influyente en el panorama mediático de la época.

En sus conferencias radiales promovía no solo la crítica artística, sino que también reflejaba su compromiso con la Revolución Cubana y su deseo de enriquecer el espíritu nacional mediante la cultura. La radio se convirtió así en un espacio de reflexión.

A 120 años de su natalicio, la sinfonía de su vida así como su capacidad para fusionar literatura, música y radio sigue siendo objeto de estudio y admiración por parte de quienes lo consideran un pionero cultural en América Latina.

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