La danza cubana se convierte en rito, puente y herencia en presentaciones del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba que rinden homenaje al centenario del legendario Lázaro Ros y se suma a los festejos de la Jornada de la Cultura Cubana, donde tradición y contemporaneidad dialogan con fuerza, devolviendo a escena lo más genuino de nuestras raíces.
El escenario será la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, que acogerá este octubre los días 17, 18, 19, 24, 25 y 26 la temporada de teatro Al Ritmo de la Herencia, bajo la dirección artística de Leivan García, la cual llega como un mosaico de identidad, historia y creación.
La primera parte traerá el estreno mundial de “Ecos de Dahomey”, un recorrido coreográfico por las danzas cubanas arará, que enlazan a la mayor de las Antillas con la actual República de Benín, para no perder la memoria de un legado ancestral y proyectarlo hacia el presente con lenguaje escénico renovador.
Asimismo, la segunda parte del espectáculo ofrecerá un fragmento de la obra “Comunidad”, también bajo la firma coreográfica de Leivan García, bailarín y director de la emblemática agrupación, donde se entrelazan cuerpo, pertenencia y colectividad, como propuesta que abre caminos a la reflexión contemporánea.
El diseño gráfico de la venidera temporada de la sexagenaria compañía músico danzaría criolla, realizado por Julia García von Oy, complementa un programa donde la danza se asume como un acto de herencia cultural y, al mismo tiempo, de creación viva.
Al Ritmo de la Herencia no es solo un espectáculo del conjunto Folklórico Nacional de Cuba: es una invitación a sentir la historia que late en cada movimiento.
Foto: Tomada de lahabanaenclavedesol