Aida Diestro (La Habana, 21 de diciembre de 1924 – 28 de octubre de 1973) fue una pianista y compositora cubana fundadora y directora del Cuarteto Las D’Aida, integrado por Elena Burke, Omara y Haydée Portuondo, y Moraima Secada. Esta agrupación, a comienzos de la década de 1960, se afirmó entre las esenciales del movimiento de la cancionística cubana conocido como feeling y Aida fue bautizada como La Gorda de Oro.
Inició sus estudios de música con su padre, Vicente Diestro, pastor presbiteriano, y los concluyó en un conservatorio privado. Estudió técnicamente la música y trabajó, al igual que Isolina Carrillo, Adolfo Guzmán y Orlando de la Rosa, como repertorista de cantantes de radio.
Trayectoria artística
Fue directora del coro de la iglesia donde oficiaba su padre, lo que le permitió adquirir amplios conocimientos armónicos que más tarde aplicaría en el montaje de las voces de su cuarteto: Las D’Aida.
Con objeto de ampliar sus conocimientos sobre música visitaba con frecuencia la casa de Enrique González Mántici; estas tertulias fueron decisivas para su futura carrera, y años después, ella recordaría: «Fue el maestro Mántici quien me dio la valentía que me faltaba frente a los prejuicios contra los artistas de aquella época».
Sus inicios como artista fueron en la radioemisora Mil Diez, donde actuaba como pianista repertorista; allí conoció a César Portillo de la Luz, a José Antonio Méndez, a Tania Castellanos, a Luis Yáñez y a Adolfo Guzmán.
Un momento importante en su carrera artística fue la creación, en 1952, del cuarteto que lleva su nombre. Al decir de Omara Portuondo:
Era música de la cabeza a los pies. Tenía un extraordinario sentido de la armonía (…), Además, aparte del montaje de voces, en el cuarteto analizábamos cómo transmitir mejor el contenido de la canción, cómo sentir ese número, para hacerlo sentir a los otros. Era interiorizar de verdad lo que decíamos. Aida repetía: «Deben darle esta intención, decirlo con profundidad». Y nos instaba a analizar los textos. No era cantar por cantar (…). Tenía mucho talento y sabía valorar el de los demás (…).
Así en los primeros años sesenta se afirmaron como una de las formaciones esenciales del filing aunque con frecuentes cambios de sus integrantes, porque Aida Diestro transformaba de tal modo las voces de sus cantantes que unas tras otras se lanzaban como solistas. Realizó con el cuarteto giras por Venezuela, México, Argentina, Japón, Polonia, Estados Unidos, Francia, Alemania, Rusia, Checoslovaquia, Hungría y otros.
Las D’Aida eran tan aclamadas que se les podía ver en Tropicana, donde actuaban dos veces por noches y más temprano se les podía escuchar en el Patio del Hotel Habana Libre. A principios de los setenta Aida tuvo la iniciativa de agregar al grupo una orquesta donde aparecieron los tambores batá. Las actuaciones se convirtieron entonces en verdaderos espectáculos.
Fuente: Ecured