Vicente Feliú, voz comprometida con el canto de su tiempo

Vicente Feliú

Cuando la voz de un trovador se apaga, lo que permanece son sus canciones, sus ideales y el eco de sus cuerdas. Así ocurre con Vicente Feliú, cuya desaparición el 17 de diciembre de 2021 dejó un hueco profundo en la música cubana: falleció ese día un artista cuya guitarra y palabra ofrecieron consuelo, conciencia y esperanza a varias generaciones.

Nacido en 1944 en La Habana, emergió en la nueva trova entre los años sesenta y setenta, donde su guitarra se convirtió en puente entre poesía y compromiso. Su muerte, ocurrida en su ciudad natal, cerró un ciclo terrenal, pero abrió un caudal de memoria y legado.

Su música fue siempre honesta, clara, consciente: canciones de amor, de nostalgia, de historia, de lucha. Con su canto, Feliú dio voz a quienes no siempre eran escuchados, a los pueblos invisibles, a los sueños colectivos. Con su guitarra y su palabra inteligente y cálida construyó puentes entre generaciones, entre ideales y afectos, entre la tradición de la trova y la música cubana contemporánea.

A lo largo de su vida dedicó su talento al canto, la composición y la reflexión: muchas de sus letras hablan de vida cotidiana, de sueños, de Cuba. A través de su obra, dejó un testimonio de sensibilidad, dignidad y compromiso: canciones que invitan a pensar, a sentir, a amar.

Aunque partió, su música permanece viva: cada vez que su guitarra suena, cada vez que alguien entona sus canciones, revive su presencia, su sensibilidad, su compromiso. Vicente Feliú deja un legado íntimo y colectivo, un puente entre memoria y futuro. 

Hoy recordarlo es también celebrar su obra, escuchar su voz, y mantener viva la llama de un trovador que creyó en la fuerza del canto como acto de esperanza.

Foto: Tomada de La Vanguardia

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