El club El Gato Tuerto arriba en este mes de agosto a su aniversario 65. Se trata de uno de los espacios más emblemáticos y entrañables de la vida cultural nocturna de La Habana. Ubicado en la calle O entre 17 y 19, en el barrio de El Vedado, se ha mantenido como un epicentro de la bohemia capitalina.
Por más de seis décadas, este sitio ha sido un refugio imprescindible para amantes del bolero, la trova cubana, el jazz moderno y, en especial, para los seguidores del movimiento estilístico conocido como feeling.
Como parte de las celebraciones, El Gato Tuerto fue escenario de la premier del documental Voces del Feeling, dirigido por la locutora, periodista y guionista Rosalía Arnáez y codirigido por la realizadora Marilú Macías.
La proyección de este documental se erigió como un acto simbólico que unió pasado y presente, homenajeando a figuras imprescindibles como Ela Calvo y Ángel Díaz, auténticos exponentes del género que definió un estilo e impregnó el alma de la música cubana.
No fue casual entonces que la premier se eligiera precisamente en un lugar tan cargado de historia y significado cultural, que a lo largo de los años ha acogido a grandes artistas y poetas, como Elena Burke, Omara Portuondo, Moraima Secada, Virgilio Piñera, entre otros.
Como una deuda sentimental y profesional, este audiovisual cumple la función de legado para las nuevas generaciones, propiciando el conocimiento y la valoración de una tradición que, aunque viva, corre el riesgo de diluirse si no existen esfuerzos conscientes para su registro y difusión.
La premier del documental contó con la conducción de Pedro Martínez Arcos, la música en vivo de Ernesto Ramírez, en la guitarra acompañante, y la interpretación especial de Vionaika Martínez, entre otras vocalistas.
En el acto se escucharon palabras de agradecimiento y se reconoció al equipo de creadores del documental. Al mismo tiempo se recordó a quienes han sostenido la vida cultural del lugar a lo largo de los años.
Además, se evidenció la relación estrecha entre la historia viva de la música cubana y este espacio, donde cada noche se siente el pulso genuino de ritmos que convocan a la emoción y al sentir colectivo.
El Gato Tuerto no es un simple bar o club nocturno; es un espacio de encuentro donde la música se convierte en lenguaje universal. Su ambientación, y su coctelería emblemática, contribuyen a crear esa atmósfera mágica que invita a quedarse, al ritmo de un buen bolero o una trova memorable.
Hoy, con 65 años de historia, El Gato Tuerto sigue siendo un referente cultural fundamental, un lugar donde la tradición musical cubana se mantiene viva, fresca y vibrante.
Foto: Cortesía del promotor cultural Claudio Aguilera